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viernes, 20 de mayo de 2011

Más allá de un concepto

Si usted hace ahora mismo una encuesta sobre la definición del término felicidad, notará que el mismo varía en cada persona dependiendo de sus propias concepciones, estados de ánimo e idiosincrasia. Hoy me atrevo a dar mi propia acepción sin palabras repensadas ni buscadas en tratados freudianos, mi concepto de felicidad se resume en apenas cinco letras.

Es un nombre común y tan lindo como quien lo lleva a diferencia de que él, es simplemente incomparable.
Nos conocimos hace unos cinco años en una reunión de trabajo donde Cupido hizo de las suyas en las últimas horas, fue solo eso, el roce de un flechazo, pero la luna, las olas, el frescor y la magia del mar Caribe se encargaron del resto.
Luego vino el reto de la distancia que desesperadamente e incluso de manera inconsciente, intentábamos acortar con llamadas, canciones, mensajes electrónicos cargados de mucha ternura y la pasión que nos permitió, aún a pesar de nuestras propias decisiones e indecisiones, aciertos y desaciertos e incluso lastimarnos, hacer hasta lo imposible para reencontrarnos cinco años después.
Incertidumbre, sorpresa, expectativas, anhelos, deseos, celos, vergüenza, dolor e incluso lágrimas marcaron el momento en el que tuvimos que tantearnos de prisa, pero con muchas ganas para mirándonos a los ojos, decirnos sin titubeos que cada minuto que vivíamos juntos éramos los más felices del universo.

Jugamos con el tiempo y nuestras voluntades e incluso responsabilidades y nos amamos incansablemente, rezando incluso porque aquellos mágicos instantes no terminaran.
Nos atrevimos a regalamos el más lindo domingo de nuestras vidas y nos dijimos frases que te imaginas no vas a poder decir nunca y descubrimos el increíble efecto que causan en uno mismo cuando directo desde el corazón te escuchas pronunciar un: Te quiero tanto…
Ahora estamos de regreso a nuestras propias rutinas, yo en mi terruño en lo más oriental de la Isla y él, en el centro. La única promesa que nos hicimos fue la de asegurarnos que podremos contar siempre el uno con el otro sin importar la circunstancia y de que nos volveremos a ver, tal vez incluso para cambiar nuestras vidas; ¿cuándo?, aún no lo sé.
Para él, mi Felicidad, deseo todas las buenas cosas de este mundo, y del otro, que logre su más ferviente anhelo, aún cuando sabemos que no puede ser conmigo…y nada, que dios me lo proteja mucho y no permita que lo lastimen más.

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