El próximo día 13, a la 1 de la madrugada, se producirá el cambio de horario de verano al de invierno en Cuba. Recuerdo que en mis años estudiantiles, nos encantaba por aquello de que oscurece más temprano y lo veíamos como la posibilidad de tener a nuestro favor un poco más de tiempo de discotecas y fiestas.
El otro día cuando se anunció el cambio, a mi hijo le motivó las alteraciones que la situación pudiera ocasionar...Nunca se me había ocurrido y me dediqué a investigar un poco el tema, así supe que aquellos con patologías muy específicas, las mascotas y los lactantes figuran entre los más sensibles a la situación, mientras que el neurobiólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Ricardo Martínez Murillo, considera por su parte que sin embargo, la modificación horaria del verano afecta más que la del invierno.
El mismo especialista explicó a Europa Press que a la población "normal", sin una característica o patología especial, no tiene por qué afectarle, que en realidad es una alteración brusca del ritmo circadiano, es decir, de las horas de luz y oscuridad. Sin embargo, los lactantes pueden sufrir algunos trastornos alimenticios que se pasan al cabo de unos días. También las vacas, cuya producción lechera se ve afectada con los cambios en las horas de luz y oscuridad, y las mascotas son especialmente sensibles.
En cuanto a los humanos, para que el cambio de horario pueda afectar de manera significativa "hay que tener alguna patología previa". El organismo se hace consciente de la luz o de la oscuridad por la retina, que emite señales al cerebro que, a su vez, se reorganiza y comienza a dar órdenes.
"Sin embargo, es un cambio mucho menos brusco que el fenómeno del jet-lag que tiene lugar tras un largo viaje en avión", afirma el experto quien añadió “que en todo caso, no es un cambio muy importante y el organismo lo compensa rápidamente y el beneficio económico y de ahorro energético es "mucho mayor".
Por este motivo, Martínez Murillo recomienda que cuando los relojes se retrasen una hora, conviene realizar poca actividad, con luz y con bajo componente de esfuerzo. El cuerpo experimenta un cambio, pero el organismo se hace a la nueva situación "en cuestión de horas".
Para nosotros los cubanos, esta etapa invernal presupone un reajuste en las medidas de ahorro energético toda vez que oscurece más temprano; se trata de replantear nuestras estrategias ahorrativas para no afectar ni la economía del país, ni la nuestra.
¿Qué nos queda? Disfrutar de ese tiempo para el que ya muchos ya están acondicionando los abrigos, a los que vivimos en el oriente de Cuba, la esperanza de que en esta ocasión, los anhelados frentes fríos nos lleguen también más temprano…
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