La tarde del 12 de enero sorprendió al mundo con una mala noticia; la del devastador terremoto en Haití; a los cubanos nos tocó por partida doble ante la alerta de un posible tsunami lo cual obligó a evacuar a los pobladores de Baracoa, en Guantánamo.
El día del tsunami en Baracoa
Imágenes de un aficionado desde Haití
Lo primero que hice al conocer la tragedia fue tocar la puerta de mi vecina Dolores, baracoana de nacimiento que tiene a toda su familia allí. Ya lo sabía y acompañada de su esposo y suegros trataba desesperadamente comunicarse con sus hermanos, pero las líneas estaban saturadas...
En la otra cuadra, la esposa de mi primo Milton también hacía infructuosos esfuerzos para saber de los suyos en la Primada de Cuba, una escena que se multiplicaba
Felizmente, a las pocas horas, la tranquilidad regresó al enterarnos de que la alerta había sido suspendida y la linda Baracoa regresaba a la normalidad. Volvía a hacer el mismo recorrido, a compartir ese sentimiento de alivio con mis vecinas quienes ya habían recibido visitas y llamadas de otros vecinos, amigos y familiares. Así somos los cubanos.
Luego, comenzaron a publicarse las primeras imágenes del desastre y el corazón se me comprimía cada vez más…a los pocos minutos me llamó un colega, luego otro, una amiga desde Villa Clara, después vino Yuslenny, la muchachita de 17 años que vive al doblar para preguntarme qué sabía sobre el terremoto y la gente de Baracoa…
De inmediato se generó toda una cadena espontánea de intercambios y comentarios en los hogares, en las esquinas, en las paradas de ómnibus, a pesar del inusual frío nocturno en esta parte de Cuba… ¿Y nuestros colaboradores en Haití…se ha sabido algo, algún herido, algún fallecido…?
Y más de uno miró al cielo y le pidió a dios “porque no le pase nada a ninguno…y ¡ay, esos pobres haitianos, esa pobre gente…!”
A las pocas horas supimos de los nuestros; solo heridos. “¡Menos mal…gracias a dios….!”, pero ¿y los otros?
Bueno, los otros están siendo asistidos por los 344 médicos cubanos que prestan su ayuda solidaria en el país más pobre del hemisferio occidental; en lugares improvisados, sin descanso, sin desmayo, temerosos ante cada nueva réplica del sismo de 7 grados, si, pero asistidos por un inmenso sentido de solidaridad y de humanismo.
Otra noticia: una brigada de médicos cubanos partió hacia Haití para sumarse al grupo que ya se encuentra allí equipados con medicamentos, bolsas de suero y plasma, alimentos y avituallamientos. …Ya están trabajando: operando, curando…salvando vidas.
Las dantescas imágenes captadas por un equipo especial de
7 comentarios:
Hermosa tu crónica, me pude percatar que de verdad salió del alma. Soy de Vivo en España y me sumo a los votos de solidaridad donde vosotros los cubanos sois un ejemplo y las peticiones a dios para que ponga también su manos salvadora sobre esa pobre gente.
Saludos de Arlen
Si, de acuerdo y muy sensible y acorde pero USA tambien ayuda a los haitianos con un portaviones y especialistas en rescate, comida, ropa, casas de campaña, medicinas
De acuerdo Daryl, Estados Unidos y varios países más están en función de ayudar a Haití, pero ¿te imaginas si los menciono a todos?
Gracias por tu visita.
¡Ojalá todos pudieramos ayudar a Haiti! en mi pais por ejemplo nos reunimos vountariamente y estamos haciendo valijas para dar una amiga a ese sufrido pueblo.
Me gustó tu reporte Elaine
Hanna Andrea, Méjico
Usa ayuda solo para la foto y que las cadeans de tv americanas saquien pingues beneficios.La situacion de Haiti era y sera desesperante gracias al libre mercado y al capitalismo salvaje. Aqui en Canada, ni una sola mencion de la ayuda permanente cubana. Los dictadores haitianos fueron impuestos por el primer mundo, y este limosneo para quedar bien y lavarse la conciencia, no es mas que smoke screens, que ocultan los verdaderos problemas.
Ela, linda tu crónica, mis felicitaciones, amiga, bien merece el título que lleva, dolorosa situación,la de Haití, en estos momentos, merecen toda la ayuda del mundo.
Cariños de Raisa
Yo tmabién lloro con las noticias de Haiti todos los días, allí tengo a dos buenos amigos y no he podido localizarlos, ¡es terrible! Solo espero que estén bien ayudando a la gente de su pueblo y que dios me permita saber de ellos.
Minoel Santicorera(Uruguay)
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