Un nudo en la garganta. Fue la sensación que me embargó mientras miraba la electrizante ceremonia militar en saludo al 50 aniversario de la victoria de Playa Girón.
Eché de menos a mi mamá quien disfrutaba muchísimo esas demostraciones y se emocionaba hasta las lágrimas, pensé en mi padre que justo este 16 de abril cumplió 73 años y que desde su silla de ruedas y las manos apretadas en los brazos de la misma contemplaba las imágenes con los ojos brillosos rememorando los tiempos en que como combatiente del Ejército Rebelde se entregó a la causa que medio siglo atrás defendieron heroicamente los cubanos en ese pedazo de tierra nuestro.
Observé a mi hijo que se levantó más temprano para también apreciar y comentar con orgullo de joven de estos tiempos la sincronizada marcha de nuestras fuerzas combativas, a ellos se dedicaron los cincuenta años de la proclamación del carácter socialista de la Revolución cubana y de haber asestado al imperialismo yanqui su primera gran derrota en América Latina.
En las arenas de Bahía de Cochinos el pueblo escribió en 1961 uno de los más gloriosos capítulos en la historia de la Cuba.
Los hechos se remontan al mismo 1 de enero de 1959 con el triunfo de la Revolución. El gobierno de los Estados Unidos, refugio para asesinos y esbirros de la derrotada y sangrienta dictadura de Fulgencio Batista, fue -y es aún- el hábitat donde se gestan y alimentan los planes más infames contra el con el gobierno y pueblo cubanos.
El 15 de abril de 1961 aviones procedentes de ese país, simulados con insignias cubanas, bombardearon de manera sorpresiva los aeropuertos de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba, preludio de la concebida invasión de la CIA y los mercenarios que se tropezó con la valiente defensa antiaérea cubana y huyeron con rumbo norte.
Al día siguiente, el 16 de abril, durante el entierro de las víctimas, el Comandante en Jefe Fidel Castro, proclamó el carácter socialista de la Revolución, es baluarte de un pueblo que defiende a toda costa la soberanía y justicia social ganadas.
Con el mismo fervor patriótico conque los cubanos juraron ese día preservar sus conquistas, enfrentaron la invasión mercenaria que comenzó horas después para ser derrotada en menos de 72 horas. Fue la acción conjunta de todas las fuerzas de entonces: el Ejército Rebelde, la Policía Nacional Revolucionaria, las milicias y el pueblo en general; una unión que prevalece y hace hoy más que nunca valedera la histórica frase del líder de la revolución: “¡No tendrán jamás a Cuba!” .
Este año, la conmemoración coincide con uno de los más trascendentales momentos del país; el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba catalogado ya como histórico y que tiene lugar en momentos en los que estamos inmersos en un proceso de transformaciones y reajustes que todo el pueblo ha venido analizando y discutiendo a través de los lineamientos de la política económica y social en cada colectivo laboral y barrio.
La razón que nos convoca hoy es la misma de entonces, el compromiso con nuestros héroes y mártires, inspiración permanente para los cubanos quienes desde hace más de medio siglo libran una batalla sin tregua contra la mayor potencia del mundo que aún no se consuela de que hayan construido en sus propias narices, la Primera Revolución Socialista de América.
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