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jueves, 22 de diciembre de 2011

Mi alfabetizadora


Desde hace varios días Cuba está inmersa en una jornada a propósito del 50 aniversario de la campaña de alfabetización, una cruzada protagonizada por adolescentes y jóvenes en los primeros años del triunfo de la Revolución, casi todos los maestros de mi generación tuvieron el privilegio de ser alfabetizadores, yo tuve una muy cerca de mí, crecí a su lado, fui educada por ella desde que nací hasta que once años atrás falleció; mi mamá Rafaela.


Crecí escuchando sus historias de cómo tuvo que sobreponerse al  miedo a las ranas y todos los bichos del campo, a la oscuridad, a cruzar un río…recuerdo también desde niña la mirada de aquellos que “bajaban a la ciudad” a alguna gestión y pasaban por la casa a saludar a su maestra; en otras ocasiones la interpelaban en la calle con la misma mirada de agradecimiento mezclado con amor; eran sus  “muchachos” de Mal Pared (así se llama la localidad donde alfabetizó), y la mayoría eran mayor que ella!

Mi mamá fue una maestra consagrada ¡y muy estricta también!, me dio clases en primer grado y jamás pude sentir el “beneficio” de ser la hija de la seño… Su enseñanza no terminó jamás, aun habiéndome convertido en mujer independiente, trabajadora, con marido, hijo… nunca dejó de señalarme lo que consideraba incorrecto, ni de aconsejarme, o como yo decía cuando apretaba un poco: “de meterse en mi vida”…pero,
 cómo se lo agradezco! Gracias a ella crecí con una autodisciplina en el estudio que más tarde apliqué en mi trabajo. A ella le debo la clase de profesional que soy.

Seguí sus pasos, primero me hice profesora, y he tratado de inculcarle a mi hijo también los preceptos que heredé de ella en medio de unos tiempos que no son los mismos.- tampoco lo fueron cuando aquello.- y me ha tocado reflexionar muchas veces sobre ese papel del maestro que nunca termina y va más allá de la escuela. Es una profesión tan hermosa, que da tanto regocijos, pero con ese espíritu o se nace o te enamoras, no puede ser de otro modo, así lo aprendí de mi alfabetizadora.

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